Hasta donde Alice llega a recordar, siempre ha soñado con Max. Juntos han viajado por todo el mundo y se han enamorado profunda e irremediablemente. Max es el chico de sus sueños, y sólo de sus sueños, porque Max no existe.

Pero cuando Alice entra a clase en su primer día en la nueva escuela, se lo encuentra allí sentado. ¡Increíble! Pero resulta que el Max real no se parece en nada al Max de sus sueños, y conocerle en la vida real no es tan ideal como Alice esperaba. Max es complicado y cabezota. Tiene una vida que Alice no conoce. Y una novia... 

No me pregunten que era lo que esperaba cuando tomé este libro porque sinceramente, lo compré bastante tiempo atrás y probablemente solo aguardaba una lectura sencilla y sin más pretensiones, y si eso era lo que esperaba, eso obtuve. 

Creo que tengo una pequeña y sutil fascinación por los libros con referencias oníricas, pues uniéndolo a la fantasía de cualquier estilo puede ser una combinación potente de eso no tengo duda y definitivamente estoy segura que estoy lejos de ser del publico objetivo para el que esta historia esta dirigida y que probablemente siendo mucho más joven este libro me habría gustado mucho más. 

No vengo a decir cuanto odie esta historia porque en realidad no lo hice, salvo por detalles que abogan la profundidad de los personajes podemos decir que estos eran unos bastante agradables, el romance fue lindo, aunque con unos aspectos que hacían a Max parecer un tío sin sentimientos que disfrutaba con hacer sentir mal a Alice a ratos. Pero la trama avanza de una manera fantástica y es difícil perderle el ritmo y esto lo digo debido a que cuando lo inicie estaba a horas de tomar un viaje por lo que lo pause casi dos semanas y al volver no tuve ningún problema por continuar y recordar perfectamente donde estaba colocando mis pies nuevamente.

Aquí algunas cositas que rescato: